Sur de la Florida
Publicado el lunes 22 de diciembre del 2008
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Aumenta la actividad criminal en el sur de Florida
ADAM H. BEASLEY
The Miami Herald
IMAGENES COMO esta en una gasolinera en Hollywood durante un asalto armado se han convertido en comunes en el sur de la Florida.
Foto cortesía
IMAGENES COMO esta en una gasolinera en Hollywood durante un asalto armado se han convertido en comunes en el sur de la Florida.
Carlos Alvarado, guardia de un carro blindado: muerto a tiros por dos hombres durante un robo en el Dadeland Mall, el 1ro de diciembre.
Sunil Paul, empleado de una gasolinera Hess: muerto a tiros el 25 de noviembre porque su cadena de oro no se soltaba.
Kiem Huynh, cliente de Dunkin' Donuts: muerto de un disparo en la espalda durante un asalto la noche del Día de Acción de Gracias.
Y el jueves, pasado, el agente de la policía de Miami-Dade Gustavo Hernández recibió un tiro en la cara al entregar una orden de registro. La bala le voló parte de la mandíbula inferior y le arrancó varios dientes.
Considerados individualmente, estos asesinatos y tiroteos parecerían delitos aislados en el sur de la Florida, algo sin importancia en una región donde la violencia es demasiado rutinaria.
Pero juntos, forman parte de una tendencia creciente y preocupante, según las autoridades de la ley y el orden. Y las estadísticas muestran que los atracos y otros crímenes violentos están en alza.
"Esto muestra claramente que los criminales se están haciendo más atrevidos y más violentos'', afirmó John Rivera, presidente de la Asociación de Benevolencia Policial, el sindicato policial.
Desde los principales policías de la región hasta los fiscales y abogados públicos, todos comparten un sentimiento de incomodidad hacia la mentalidad de disparar primero que ha infectado a los criminales.
"Parece existir un desinterés indiscriminado e insensible hacia la vida humana que es chocante y asombroso'', dijo el defensor público Howard Finkelstein. "Es casi como si ellos creyeran que la violencia es una manera respetable de resolver conflictos''.
Sus crímenes salen en primera plana y destruyen vidas. Y en algunos casos, según las autoridades, al parecer simplemente matan por matar.
Las causas van desde las presiones de la sociedad --tanto en el hogar como en la calle-- a un endurecimiento creciente de la cultura popular, opinó el teniente coronel de la policía de Broward Danny Wright.
Finkelstein piensa que los adelantos de la tecnología --desde los mensajes de texto hasta MySpace-- han cambiado la manera en que las personas se comunican, y no precisamente para mejorarla.
"Aunque muchos patrones en el delito son cíclicos, me preocupa gravemente que muchos en la presente generación han perdido la habilidad de establecer lazos con otros seres humanos, y a veces nunca la tuvieron'', dijo.
La oficina de Finkelstein ha estado involucrada en la defensa de los cinco hombres que, según las autoridades, están detrás de la serie de robos del mes pasado en las tiendas de Dunkin' Donuts de Broward y Palm Beach.
Lo despiadado de los tiroteos sorprendió incluso a los policías más veteranos, ya que los ladrones no se contentaban con asustar y robar.
En lugar de eso, ellos buscaban "aumentar la cantidad de cadáveres''.
Hasta el momento, la policía ha atribuido al menos dos homicidios a semejantes caprichos asesinos. Otras cuatro personas sufrieron heridas.
Es cierto, el sur de la Florida ha visto períodos de extrema violencia --como los Vaqueros de la Cocaína en la década de 1980--, pero su violencia era en gran medida un medio para lograr un objetivo criminal.
Lo que está sucediendo ahora es diferente, insiste el jefe de la policía de Broward, Al Lamberti.
"Estos [asaltantes de Dunkin' Donuts] no estaban desesperados porque no podían pagar el alquiler o sus 401(k)s bajaron. Estos son simplemente asesinos a sangre fría''.
Aunque las agencias de la ley y el orden perciben una escalada, los datos precisos sobre los delitos violentos son mezclados.
Los asesinatos en Broward han bajado este año respecto al pasado, mientras que subieron en un 8 por ciento en Miami-Dade, según las estadísticas dadas a conocer por el Departamento de la Ley y el Orden de la Florida. Pero los robos han subido en un 13 por ciento en los últimos tres años en Broward, y un 11 por ciento en Miami-Dade.
Lo mismo que Lamberti, John Timoney, el jefe de la policía de Miami, ha notado un cambio en la mentalidad criminal. Timoney culpa a la proliferación de armas de asalto en la calle.
Timoney dijo que el factor común son las armas estilo AK-47, que él querría ver prohibidas.
"Esas son armas de guerra'', dijo Timoney. "No tienen nada que ver con laprotection." El cambio en la cultura se debe asimismo en parte al crecimiento de la actividad de las pandillas en el área.
Recientemente, la pandilla de Los Angeles Crips & Bloods ha tratado de asentarse en Broward y Miami-Dade, de acuerdo con el FBI.
James Herard --quien confesó ser el tirador en los atracos de los Dunkin' Donuts-- y sus cómplices todos pertenecen a los Crips, según creen las autoridades.
En respuesta, la oficina de campo del FBI en Miami ha aumentado de uno a tres sus escuadrones antipandillas.
Al preguntársele qué es lo más preocupante acerca de la ola de delitos de pandilleros en el área, Kevin O'Rourke, agente especial supervisor del FBI contestó simplemente: "TLa vastedad''. "La actividad criminal violenta de las pandillas carece de barreras territoriales, raciales, étnicas o culturales y afecta a todos los ciudadanos del sur de la Florida'', dijo.
En Opa-locka, la policía arrestó recientemente a cerca de tres docenas de miembros de dos pandillas considerados responsables por una oleada de drogas y violencia. La policía confiscó también 40 armas de fuego en la redada.
Lo mismo que el FBI, la policía local se está adaptando a los nuevos tiempos. Tanto la policía de Broward como la de Fort Lauderdale han incrementado sus unidades de delitos en la calle, los policías que se baten al duro tanto con delitos en curso como con las drogas, allanamientos de morada, atracos y prostitución. Pero cada vez que los agentes de policía se adaptan a la situación, ellos brindan a los criminales nueva información acerca de cómo trabaja la policía.
Los ladrones que asaltaron el camión blindado en Dadeland lo hicieron a pesar de la presencia de Grinch Busters, policías de Miami-Dade que patrullan los centros comerciales en festividad. Había Grinch Busters trabajando el día que mataron a Alvardo.
Los vendedores de crack llevaban antes docenas de dosis en sus bolsillos; ahora saben ocultarlas.
Los asesinos usaban antes pistolas de 9mm. Ahora llevan fusiles AK-47.
Y en última instancia, la escalada podría alcanzar un punto álgido en el que la gente tema salir a tomarse un café por miedo a perder la vida.
Los periodistas de The Miami Herald Diana Moskovitz y David Smiley contribuyeron a este reportaje.
abeasley@miamiherald.com
http://www.elnuevoherald.com
Hace 7 años
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