miércoles, 31 de diciembre de 2008

Reconocimiento para los trabajadores del 31

RECONOCIMIENTO PARA LOS TRABAJADORES DEL 31. Estarán de acuerdo conmigo, amables lectores, que la mayoría de nosotros, al pensar en la noche del 31 de diciembre, pensamos en pachanga. Nuestros planes giran en torno a ver en dónde la vamos a pasar, con quién, y cuánto nos va a costar.

Normalmente el 24 de diciembre, es más de estar con la familia, en una celebración, mientras que para recibir el año, muchos vamos “por todas las canicas”.

Ambiente fiestero para dar gracias por todo lo que pasó en el año, recordar a quienes ya no estén (por las circunstancias que sean), y, por supuesto pedir para que el próximo año sea mucho, mucho mejor… se puede ¿por qué no?, depende en mucho de nosotros.

Le quiero dedicar esta columna, con cariño, a todos aquellos que el 31 de enero, representa un día de trabajo más… nada especial.

Los meseros que sirven platillos, que muchas veces son lujosos, y bebidas de todo tipo a un grupo de personas, que tienen casi como tarea divertirse sin tregua.

Los veladores y personas de seguridad privada, que sólo a lo lejos escuchan el fervor de los que están brutalmente enfiestados.

Los policías, que en sus destartaladas patrullas, se avientan sus rondines esperando guardar el orden público, (los buenos policías claro, los malos estarán pensando a quién se amuelan).

Los médicos, enfermeros, cuerpos de rescate, etc., que estarán alerta para tomar cualquier acción que se necesite ante alguna emergencia.

A aquellos que trabajan en las tiendas abiertas 24 horas al día los 365 días del año, esperando que llegue algún cliente por ahí, para por lo menos decir un “gracias por comprar, feliz año”.

Los que se dedican a la limpieza, y están trabajando, para que nunca se vea sucio el baño, el restaurante, o el salón en el que se encuentran los pachangueros.

A las operadoras y telefonistas que están pendiente de lo que se le pueda ofrecer a cualquier ciudadano en “x” o “y” momento.

Y, en especial, les quiero dedicar esta columna a todos los que se dedican a los medios de comunicación, y trabajan, en la sola cabina de radio como operadores, a quienes se encuentran en los masters de los canales de televisión, en los ruidosos talleres de impresión. Y digo que en especial a ellos, porque gracias a su esfuerzo es que los medios de comunicación siguen, existen… no se detienen.

Pues sí, para todos los que trabajan el 31 de diciembre por la noche, de manera muy cariñosa, les mando un abrazo, y les reconozco su esfuerzo. Gracias por estar trabajando, moviendo al país.
http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=406299

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